viernes, 25 de agosto de 2006

ZAPATOS



- Vaya, vaya, mira quien llega al zapatero, ¿que pasa que últimamente no se te ve la suela por aquí?
- Uy, es que llevo un trote..... no me quitó en toda la semanita de sus olorosos pies.
- Ya decía yo que olía un poco a cuero podrido.
- No te extrañe, ¿tu sabes la de kilómetros que he recorrido esta semana?, y por si fuera poco me llevó ayer por la noche a un tugurio donde amén de soportar pisotazos tuve que aguantar no sé cuantas bebidas por encima, pitillos aún no apagados y demás lindezas a las que me sometió. Este debe pensar que como somos de cuero y negros somos sadomasoquistas.
- Una noche dura, ¿eh?
- Si es que no siento ni los cordones. En cambio tú está ahí tan lustradito que das envidia, ya me gustaría a mi un buen masaje con crema.
- Oh, debe ser en compensación por la semana pasada. A mí también me quitó por la noche, me llevó a una cena con sus amigotes. Primero cenó y bebió una barbaridad, o sea, se puso las botas, y luego acabé encima de una silla cuando se puso a pronunciar un discursito de exaltación de la amistad; después se fue de juerga y claro se puso a bailar, bueno, bailar, bailar lo que se dice bailaaar, más bien lo que hizo fue tropezar con todo bicho viviente. Yo lo sentí por un precioso par con tacones finos que estaba a lado mío, le pedí perdón por el amo que tengo y la verdad es que se mostró muy comprensivo, que a ellos les pasaba igual incluso me comentaron que habían bebido champán en ellos.
- Ah, ese día seguro que fue el que te cogió en la mano para no hacer ruido al entrar en casa.
- Si, si, fue ese día. Menuda bronca le cayó, je, je, acabó durmiendo en el sillón. Ahora sí desde el aire tienes otra perspectiva, al principio se te hace raro, pero luego ves las cosas a vista de pájaro.
- Por lo menos no durmió contigo puesto, a mí me lo hizo ayer. Llegó y tal como estaba se desplomó en cama como un fardo.
- Es que pilla cada cogorza que algún día lo van a zapatear.
- Podría ser peor, el otro día unos mocasines me contaron que unos compañeros suyos de zapatero acabaron golpeando la mesa de no sé donde. El amo debía querer llamar la atención y no se le ocurrió mejor cosa que sacárselos y golpear la mesa. Los pobres querían hasta cambiar de color, que vergüenza pasaron.
- Desde luego hay cada uno que lo pasa peor que un zapato de niño.
- Aunque a esos también les llega, eh, todo el día golpeando piedras, subiéndose a los sitios más inverosímiles, manchándose en los charcos.....
- Si, sufren más que unas sandalias de playa.
- Tampoco es para tanto, esas solo tienen que soportar el calor y las arenas de los pies, no tienen que soportar que tío cerdo este no se corte las uñas. Me tiene la punta machacada, a ver si se las corta de una puñetera vez.
- Sssh, silencio, se oyen unos tacones cerca, no vaya a ser que abran el zp y nos cojan en zapatillas.
- ¿El zp?
- Si, hombre, el zapatero.
- Pfff, a ti te ponen demasiados periódicos debajo.
- Ssssh, que ahí vienen.

viernes, 18 de agosto de 2006

BOTELLAS



- Hola, ¿eres nueva por aquí?
- Sí, me acaban de colocar.
- Colocar vas a colocar tú con todo eso que llevas dentro.
- Si, je, je. Oye, ¿que tal ambiente se respira por aquí?
- Bueno, de todo un poco, hay botellas sanas como aquellas de plástico con líquido transparente, están también nuestros hermanos mayores que tiene más litros que nosotras (no los confundas con los botellones, eh), después también están nuestros hermanos pequeños los botellines que son muy graciosos, hay otras presumidas porque están estilizadas de una manera diferente y sólo por ello se creen de la alta alcurnia en cambio también existen las que tienen un etiquetado especial, con clase, pero no lo van pregonando por ahí y por último hay otras que engañan por la apariencia pero no te dejes convencer al final resultan ser de lo peorcito que hay.
- ¿No me digas?
- Si, si, ¿ves aquella con un etiquetado tan llamativo y de aspecto saludable?.
- ¿La tercera por la izquierda?
- Si. Pues es garrafón.
- ¡Vaya! Nadie lo diría.
- Si ya te digo que las apariencias engañan, lo que importa es lo que tenemos dentro, porque a esa en cuanto la destapas suelta un pestazo que ya se nota lo que es. Dan ganas de coger su cuello de botella y taponarla para siempre.
- ¿Y dónde acabará esa?
- Por el camino que lleva espero que en un cubo de basura, pero tú tranquila yo creo que nosotros acabemos en un contenedor verde para que nos reciclen y resucitar o, por lo menos, que nos reembotellen.
- ¿Que nos reembotellen?
- Si, la gente que hace líquido casero cuando estamos vacías nos lava y luego nos vuelve a llenar.
- Se nota que ya llevas un tiempo aquí, por cierto, ¿tú estás medio llena o medio vacía?
- Estoy por la mitad.
- La verdad es que la pregunta es tonta porque se nota tu experiencia pero también que no todavía no estás acabada.
- A todo se llega, hay algunas que llegaron después que yo y ya están acabadas. Yo, por lo que tengo dentro, duraré un poco más.
- ¿Y eso?
- No es por presumir pero a mi me llenaron de un líquido que llevaba años en un barril, o sea vengo de barriles con solera. Allí aprendí mientras esperaba a que me llenaran un poco de nuestra historia, lo que me parece más lamentable es que pongan nuestro nombre a humanos que no tienen dos dedos de frente.
- ¿Eh, cómo?
- Si, por ejemplo, al hermano de Napoleón, un tal José que tuvieron la puñetera gracia de llamarlo Pepe Botella, y todo porque se iba con unas hermanas nuestras de dudosa reputación. Otros incluso se lo ponen de apellido.
- Increíble.
- Como te lo cuento me tienen hasta el corcho. Los humanos son así, pero bueno también hubo poetas que cantaron nuestras virtudes, así que lo comido por lo servido.
- Al fin y al cabo son los que nos llenan.
- Y los que nos vacían.

¡Salud! :-)

A Juancho, con el que tengo compartido muchas (pero muchas, muchas, eh) botellas.

viernes, 11 de agosto de 2006

CORBATAS



- Pero chica, que pinta, ¿de donde vienes?
- Calla, calla, que vengo de una boda.
- Huuuy. Claro, ahora ya comprendo tu aspecto deplorable.
- Es que fue increíble. En la ceremonia nupcial todo muy bien pero después..... puff, ya en los aperitivos me manchó con un calamar, luego en la comida goteó la salsa de la carne sobre mí, y esta mancha que ves aquí en mi esquina es de la tarta nupcial.
- Ya, pero el pestazo que llevas no es de eso ¿verdad?
- No, como te podrás suponer el señorito no iba a quedar a palo seco, y claro tengo un pestazo a vino blanco, vino tinto, cocktail, champán y cubatas que no veas tú.
- No seas quejica, lo que pasa es que el señorito quería que probaras de todo.
- Je, je, muy graciosita; pero lo peor no fue eso, es que acabé en la cabeza de él, yo, una corbata de mi clase en una cabeza llena de productos peluqueros, como una cinta del pelo cualquiera, es increíble, bochornoso. Menos mal que después me guardó en el bolsillo de la chaqueta sino no creo que pudiera aguantar mucho más. La próxima vez que me ponga voy a apretarle el cuello hasta....
- Tú lo que pasa es llevas poco tiempo aquí, como se nota que es la primera vez que sales del armario.
- ¿Por qué me lo dices? ¿Tú cuanto tiempo llevas aquí?.
- El suficiente para haber ido a unas cuantas bodas, bautizos, y demás ceremonias. Además no te preocupes podrías estar peor, por ejemplo...... como esas.
- ¿Qué les pasa?
- Esas son las corbatas de diario, cuando llegan tienen un aspecto espléndido y parece que se van a comer el mundo pero después pasa el tiempo y se van desgastando poco a poco hasta que quedan ajadas y luego...
* ¡Y luego las tiran a la basura!
- Vaya, ya habló la alegría del armario. Tú siempre tan optimista, ¿eh?
- ¿Quién es esa que va de negro, y por qué dijo eso?
- La de los funerales. Pero tú ni caso, a veces parece el niño de El Sexto Sentido "en ocasiones veo muertos"
- ¿Y yo que clase de corbata seré?
- Tú por lo visto hasta ahora serás la de bodas, después no lo sé. Así que no te quejes, cuando salgas un poco más del armario ya te parecerá todo más normal. Además a ti solamente te han hecho una clase de nudo, ya verás cuando te retuerzan de mil maneras, te queda un mareo que ya no sabes donde empiezas y donde acabas.
- Visto lo visto, tienes razón tendré que tener más paciencia y no quejarme tanto.
- Claro, ya verás como al final te lo pasas bien. Y no te preocupes cuando sientas que al señorito le sube algo hasta ti y después le baja, eso es que ha visto a su ex o a su jefe.
- ¿No me digas?
- Si, lástima no poder verle la cara, debe ser apoteósica. Además siempre te queda la pequeña venganza de descolocarte un poco para que el señorito tenga que pasarse más tiempo delante del espejo, ver las caras que pone cuando te descompones es de coña.
- Jajajajaja. Sí la próxima vez que me manche así ya sé lo que hacer....

A Ishtar

viernes, 4 de agosto de 2006

HUEVOS


- Oye, ¿tú eres nuevo por aquí, no?
- Si, llegué hace un par de horas. Este sitio es un poco raro, ¿no crees?, hace frío y de vez en cuando se enciende la luz, luego se apaga, se vuelve a encender.....
- Oh, tranquilo, te acostumbras, yo ya llevo aquí tres días y al final te acabas adaptando a esos cambios de luz tan repentinos y a los demás compañeros de este lugar, aunque hay cada uno que desprende un olorcillo queeee...
- ¿No me digas?
- Como te lo cuento, he visto pasar a muchos por aquí, casi a diario se llevan a alguien y traen a alguien nuevo, había un queso que olía a pies, una cebolla que no hacía más que llorar, uno que siempre andaba picado, hay alguno que ya viene avinagrado y deja un olor a huevo podrido en la nevera que no es normal, otros incluso vienen borrachos.
- Vaya huevos.
- Por cierto, ¿tú de donde vienes?
- Oh, yo vengo de una granja. Estaba yo tranquilo y calentito con mis hermanos cuando nos cogieron a todos y nos metieron en una bolsa todos apelotonados y sin poder ver. Ya había oído por ahí que los secuestradores te tapan para que no puedas ver el camino de vuelta.
- ¿Y están contigo el resto de tus hermanos?
- Calla, calla, alguno sí, pero otros.... snifff.
- ¿Que les pasó?
- Dos de mis hermanos no pudieron resistir el secuestro y cascaron, pero eso no es lo peor; además de ver como estaban desparramados tuve que soportar ver como los cogían los ponían en un recipiente y comenzaban a agitarlos con un tenedor hasta quedar tan sólo un líquido amarillo. Sólo con verlo al principio me maree y quedé como un huevo revuelto y luego se me subió la clara hasta arriba, estaba a punto de nieve.
- ¡Que horror!
- Buff, dímelo a mí yo, que siempre fuí morenito, hasta me quedé blanco del susto.
- Lo comprendo, yo si llego a ver eso me quedo frito.
- No lo entiendo, yo siempre tuve a mis hermanos por unos huevos duros, pero el secuestro fué más de lo que pudieron soportar y se acabaron suicidando.
- Le pasó a un cartón de leche que estaba por aquí, al principio (según cuentan) era la leche, siempre haciendo chistes y de buen humor con todo el mundo, en resumen la alegría del frigorífico. Pero a medida que pasaban los días se fué agriando, agriando... hasta que tuvieron que tirarla. Yo cuando la conocía ya estaba un poco agriada y se metía siempre con su vecino tomate gritándole: "vas acabar triturado, chaval, trituradito, te lo digo yo".
- Que mala leche.
- Si, nunca sabes como vas a reaccionar el situaciones extremas, esperas de los demás que reaccionen como se supone que deberían, y al final te llevas un chasco y quedas escalfado.
- ¡Hala!, otra vez la luz encendida.
- Pero, ¿a donde te llevan?
- Adioooooooooos.
- Vaya, ahora que empezaba a conocerlo. ¡Hasta me hubiera hecho gracia formar una tortilla con él!