miércoles, 23 de mayo de 2007

CAMISAS


- Estoy hasta el cuello, ya llevamos aquí dos semanas.
- Si, vaya forma de dejarnos colgadas.
- No me imaginaba yo que en estas tiendas de segunda mano la gente fuera tan exigente.
- Si me hubiesen visto en mis buenos tiempos ya estaría vendida. Yo antes, era de marca, lo que sucedió es que mi anterior dueño se jugó todo en el casino. Y cuando el couprier le dijo ¿todo? ¿hasta la camisa? el cocodrilo que tenía bordado se escapó corriendo.
- Que me vas a contar a mí. ¿Te crees que antes era lisa?. De eso nada, antes era de rayas pero mi antiguo dueño era un cocainómano de mucho cuidado y se esnifó hasta mis rayas.
- Pues menos mal que no era pastillero, sino te come hasta los botones.
- Tu ríete, ríete pero para mi supuso un gran planchazo enterarme así, por las bravas. Yo siempre noté que me miraba con amor pero pensé que era por mi colorido.
- El mío además de ludópata era un descamisado, siempre con los pelos del pecho al aire y cadena de oro, utilizaba menos los dos primeros botones que un calvo un peine. En mi opinión creo que había visto demasiadas veces la serie de Magnum.
- Yo un día acabé casi sin botones la mujer de mi dueño decía no sé que de que estaba muy caliente. Caliente acabé yo encima de la lámpara donde me tiraron. Pensé que en vez de lisa iba a acabar estampada de marrón.
- Aún así yo echo de menos a mis viejas amigas, la leñadora, la de pana, la del cuello Travolta, y la de cuadritos, ah, que puñitos tan bonitos tenía.
- Yo tenía una compañera de cuelgue que era rosa fucsia pero un día salió del armario definitivamente y no la volví a ver.
- Uy, pues yo tenía una amiga que era un puntazo, era de lunares.
- Yo incluso hecho de menos a una estampada que no era muy espabilada porque era corta pero estaba muy unida a ella, manga con manga, hombro con hombro.
- Sniff que será de ellas.

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miércoles, 9 de mayo de 2007

LOBOS


- Adivina con quien acabo de estar.
- Dime, dime.
- Con Lorena.
- Uauuuuu ¿Con Lorena? Uf, vaya loba. ¿Como lo conseguiste?
- Nah, el truco de siempre. Le dije que tiene un pelaje muy bonito, unos ojos en los que se reflejaba la luna, un hocico precioso, y una boquita....
- Para comerse 3 ovejas.
- Serás bruto. No digas lobadas, ¡como voy a decirle eso!. Le dije que tenía la boca más seductora que había visto, que si ella quisiera tendría la manada aullando a su pies.
- Ya, y seguro que también le dijiste que te gustaría vivir con ella en una madriguera tener muchos lobeznos. Eh, cuentista. Tienes más cuento que el de los tres cerditos.
- Ese era un pringao, si soy yo llamo al banco y ya verás como esos desalojan a los tres cerditos en menos de nada si no tienen la hipoteca pagada. Te demandaré, y demandaré y con tu casa me quedaré.
- Huy, esos si que son como lobos hambrientos.
- Pues claro, son los auténticos hombres-lobo. Lo que sucede es que hoy en día con el cuento del metrosexual se depilan y se ponen corbata.
- Y después a los que nos tienen miedo es a nosotros, total por una ovejita que matamos de vez en cuando para saciar el hambre. Y todo esto es porque ahora en el monte ya no hay que echarse a la boca.
- No somos tan malos, sino fuera porque una loba amamantó a Rómulo y Remo no hubiese existido Roma. Sólo recuerdo una vez en que comimos unas ovejas por diversión. ¿Te acuerdas de aquel pastorcillo que decía "que viene el lobo" "que viene el lobo" y no era verdad?
- Si. Aún me acuerdo cuando Julio dijo "vamos a darle una lección al mentiroso ese por bocazas"
- Sólo recordar la cara del zagal aullo de risa.
- Si, corría como si tuviera la cola ardiendo.
- Fíjate, ya está anocheciendo.
- Si, ¿y qué?
- Nada, que quedé con Lorena porque tengo reservada una cena en una lobera calentita con vistas al lago. Esta noche va a saber lo que es un lobo de pelo en pecho, vamos a estar toda la noche dale que te dale.
- Menos lobos, caperucita.

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