viernes, 24 de agosto de 2007

VENTANAS


- A ver si me limpian de de una vez que parezco la ventana de una película de terror.
- Si, solo te falta crujir.
- Uy, eso es que no me oyes por las mañanas. La humedad que hay aquí me cala hasta las astillas y claro, una ya tiene su edad, deberían jubilarme a un sitio donde hubiera sol, a las Islas Caimán por ejemplo.
- Que dices, si como aquí no se vive en ninguna parte, ¿acaso no ves que vistas tenemos?; son un marco incomparable. No te das cuenta de que si vas a un sitio de esos tendrían que cambiarte el nombre y te llamarían windows.
- Ay, eso si que no, que yo no tengo ni idea de inglés.
- Claro, además no estoy segura si tendrían que coger tu manubrio y abrirte al revés, como conducen por el otro lado igual también nos abren al revés.
- Eh, eh, que mi manubrio no lo maneja cualquiera y menos si me lo retuercen hasta ponerme al revés. ¡Qué dolor!
- Desde luego es para sacarla a una de quicio.
- Me tiemblan los cristales de sólo pensarlo.
- Lo que podían hacer era ponerte una contraventana para protegerte un poquito.
- O por lo menos ponerme una doble ventana para hacerme buena compañía.
- Oye, ¿y yo que soy? ¿Una mala compañía?
- No te astilles, que no lo decía por eso. Lo que pasa es que tú estás ahí enfrente y cuando te ponen la persiana ya no te veo y me aburro mucho.
- Peor sería que me pusieran una reja de seguridad, entonces parecería que estarías hablando con la ventana de una cárcel.
- Tienes razón. Lo que quería decir es que contigo me lo paso muy bien, me parto en dos.
- Ya estás partida.
- Ups.

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