lunes, 28 de abril de 2008

CENICIENTA

- Buenos días. Bienvenida a "Cenicienta, limpieza de una pieza". ¿Que deseaba?
- Hola, quería dejarle a limpiar este traje ¿cuanto cuesta?
- 20 €
- Caray, que cara, lo siento pero me voy a la competencia "Las hermanastras" que por 18 € me lo limpian. Adiós.
- Ves, madrina, que te dije yo. Estas puñeteras hermanastras hacen competencia desleal. Como se nota que ellas no son autónomas como yo. Claro, pertenecen a una multinacional y ponen los precios que les da la gana.
- ¡Cuidado!, que quemas el pantalón. Serás ceniza.
- Y gafe, por eso me llamáis la cenicienta y así me va el negocio.
- Tú lo que necesitas es irte a una buena fiesta y evadirte del trabajo. Así que el sábado nos vamos a colar en una fiesta de la jet-set
- Pero ¡tú estás loca! ¿Y si nos pillan? Además, ¿que vestido voy a llevar?
- Que va, que va, si esos no se enteran, y si sospechan no preguntan por miedo a quedar mal y no conocer a fulanita. Por el vestido no te preocupes alquilamos uno y punto.
- Uno, no. Alquilaremos dos uno para ti y otro para mí, je, je, je.
.
Llegó el sábado y fueron a la fiesta.
.
- Hola guapa, ¿bailas?
- Bueno, más bien muevo los pies, pero si insistes.
- Oye, pues no la haces tan mal. ¿Te tomas una copita?
- Vale, pero solo una eh, que a las doce me tengo que ir.
- ¿Y eso?
- Es que soy la encargada de un establecimiento de puesta a punto de vestimenta y mañana tengo un encargo muy importante que debo solventar.
- Vaya, que casualidad, pues yo soy modisto. Me tienes que dar una tarjeta y te llamo para hacer negocios. Bueno, y para quedar a tomar algo, porque la verdad es que me tienes embelesado.
- Uy, que me voy a poner colorada. Me voy a junto mi amiga y vuelvo ¿vale?
.
- Uff, puñetera, que bien has ligado.
- ¿Yo? ¿Con el modisto?
- Pero ¿no sabes quién es? Está forrado, factura más que Amancio Ortega, si hasta le llaman "el príncipe de las telas
- Ah, pues no lo sabía, lo único que sé es que está bien bueno.
- Pues a que esperas ¡a por él!
.
- Hola, ya estoy aquí de nuevo.
- Hola, guapa, mi reloj quemaba los minutos como horas esperándote ¿Te apetece un poquito de cava?
- Cava, si, cavar no.
- Ja, ja, ja, además de guapa, con sentido del humor. Creo que me estoy enamorando de ti.
- ¿Pero que haces?
- Voy a tomarme este espumeante brebaje en tu zapato.
- Uy, pero si con el sudor seguro que huele mal.
- Me es igual, seguro que el líquido vertido en tu zapato sabe a néctar divino.
- Uuuy, lo que me ha dichooo. Venga sólo un traguito, eh
.
- ¡Madrrrina, madrrrinaaa!
- Uf, Cenicienta, como vienes, se te traba la lengua más un tartamudo cantando el Only You
- Si sólo he tomado diez copitas de cava ¡hics!
- Hala, hala, pillemos un taxi y para casa que aún es medianoche y tu ya estás para el arrastre. ¿Y tú zapato?
- Psss, yo que sé, lo habré perdido por ahí.
.
Pasaron dos días (el primer día lo pasó de resaca en cama) y el príncipe buscó por todos los talleres de alta costura y no encontraba a Cenicienta. Harto ya de buscar puso un anuncio en la prensa que decía: "Se busca pie (y cuerpo) de hermosa dama para rellenar el zapato que dejó vacío mi corazón". Multitud de pretendientas contestaron el anuncio pero ninguna era Cenicienta. Y así pasó el tiempo, hasta que un día....
.
- Buenas, vengo a recoger un traje que dejó un amigo mío antesdeayer.
- Me enseña el ticket, por favor. Vale, ahora mismo le atienden ¡Cenicienta! El traje del ticket número 135
- Si, voy, voy.
- ... ¿Tú? Te llevo buscando una eternidad, más de un mes.
- Oh, no , el príncipe de las telas ¡y yo con estos pelos!
- No me importa tu desaliñado aunque atractivo aspecto, ¿no ves que estoy loco por tí?. Vente conmigo y montaremos un franquicia de tintorerías. ¿Quieres?
- Si, quiero.

Etiquetas: