MOSCAS

- Ah, que bien el veranito, con este calorcito sí que se puede salir no como en invierno que me quedo muerta de frío en cualquier esquina.
- Claro, por eso en invierno no salimos de casa y ahora en verano estamos en todas partes.
- Por cierto, ayer no te ví. ¿donde estuviste?
- Oh, estuve por la mañana en un camping tomando un poco de tortilla (un poco hecha de más para mi gusto) y un poco de conserva. Pss, ya ves, nada del otro mundo, unos humanos pobretones. Después me colé en su coche y me llevaron hasta su casa en donde merendé fruta y cené más huevos.
- Uff, con lo malos que son para el colesterol.
- Si, ya te dije que eran una familia corrientucha. Pero para bajar la cena y protestar por el menú estuve zumbándoles en la habitación toda la noche.
- Eso, que se fastidien. Yo ayer le jorobé la siesta a uno.
- ¿Y no se levantó e intentó matarte?. Porque a mí estuvieron toda la noche a ver si me pillaban. ¡Ilusos!
- Que va, que va. No sé de que religión sería que no hizo nada, igual temía que podía ser la recaarnación de un pariente suyo o vete tú a saber.
- Jo, pues el pariente tenía que ser un poco feo, ¿no?
- Oye, sin faltar ¿eh?
- Para ser humano, digo. No te mosquees.
- Bueno, vale. ¿Sabes que abrieron un nuevo vertedero a dos manzanas de aquí?
- No me digas ¿municipal o incontrolado?
- Tranquila, es municipal, donde mejor mierda hay. En los incontrolados arrojan cosas que no sirven ni para comer nosotras. De todas maneras yo para comer prefiero ir a alguna de la fiestas de los ricos, allí sobra mucha comida y te puedes poner hasta las patas.
- Es que tú siempre fuiste muy pija.
- Oye, ¿pero tú de que vas?
- ¿Ya te estás mosqueando otra vez?. Desde luego últimamente estás de lo más irascible.
- No, no. Eres tú que eres una mosca cojonera.
- Bueno tengamos la fiesta en paz, ¿entramos en aquella pastelería?
- Vale, invito yo. Por cierto, ¿te das cuenta que el humano ese no deja de mirarnos? Si se pusiera a trabajar....